Ante una riada, constrúyete una balsa

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Esta opción de hacer frente a una riada podríais pensar que se le ocurriría a un humano pero es también la solución por la que opta la hormiga Formica selysi. Es el perfecto ejemplo de cómo el trabajo en equipo en los organismos sociales resuelve los desafíos ecológicos a los que tienen que hacer frente.

Un grupo de investigadores de la Universidad de París ha estudiado cómo estas hormigas forman la balsa en la que escapan de las riadas. La construcción de estas “estructuras colectivas” es bastante extendida en insectos sociales pero no se conoce mucho acerca de la posición y función de cada individuo en la misma. Los resultados del estudio han sido publicados en la revista PLoS ONE.

Lo primero hay que aclarar cómo son estas balsas. Pese a la idea que nos podamos hacer en nuestra mente de que cogen una hoja y se montan encima, la balsa está formada íntegramente por las hormigas, uniéndose unas a otras con las mandíbulas o los tarsos, dependiendo de la especie, tal y como podemos ver en la imagen de portada.

De la colocación eficiente de las distintas castas sociales dependerá la supervivencia de la colonia así que la decisión debe ser la correcta. Está claro que algunas posiciones son más arriesgadas que otras y en los experimentos realizados con las hormigas Formica selysi se observa que el 100% de las crías se colocan en la base, en el centro se coloca a las reinas y las obreras se distribuyen por toda la balsa.

A través de una serie de experimentos, se ha mostrado que las hormigas obreras junto con las crías son extremadamente resistentes a la inmersión y ambos presentan altas tasas de supervivencia tras ser arrastrados por la riada.

La construcción de la balsa también debe ser eficiente y pese a la idea de que los organismos que se colocan en la base son los que más daños sufren, los resultados han mostrado que la posición de las crías en la base de la balsa no resulta una posición tan arriesgada como se podría pensar en un principio. De hecho, la colocación de todas la crías en la base de una balsa cohesiva aporta varios beneficios: se preserva la integridad de la colonia, se aprovecha la flotabilidad de las crías y aumenta la proporción de las obreras que se recuperan inmediatamente después de la riada.

El estudio me ha resultado muy interesante porque muestra las capacidades que tienen los organismos sociales de poder hacer frente todos juntos a un problema al que no podrían hacer frente de manera individual. El caso de estas hormigas es un ejemplo de construcción de una estructura colectiva autoensamblada que les proporciona defensa, vivienda, termorregulación, puentes sobre obstáculos y un medio de transporte.

Fuente: PLoS ONE