Te presentamos a SPAUN, el cerebro virtual

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Nuestra vida cotidiana está llena de elementos virtuales, todas esas cosas que están ahí pero en realidad no tienen una existencia física. Desde la odiosa alarma del móvil que nos hace odiar nuestra canción favorita, a esos mundos fantásticos recreados en los juegos a los que tantas horas hemos dedicado y que intentan parecerse o ser, lo más reales posible.

Ahora bien, ¿Qué pasaría si fuésemos un poco mas allá y lo que simuláramos no fuera un reloj o uno monstruo que vive en una pokeball?¿Y si fuera un cerebro humano? Pues bien, no hace falta que usemos nuestra imaginación, ya existe y sus creadores, investigadores de la Universidad de Waterloo, Canadá, han decidido bautizarlo como SPAUN (Semantic Pointer Architecture Unified Network)

Aunque ya existen antecedentes, Spaun es un cerebro virtual capaz de simular comportamientos complejos, pensar, recordar e incluso interactuar con el medio, gracias a que ha sido dotado de un brazo mecánico. Pese a ser el modelo más avanzado hasta la fecha, en lugar de otorgarle una capacidad casi infinita de procesamiento, se ha limitado a una representación de 2.5 millones de neuronas (virtuales) que tratan de imitar nuestro cerebro, y al igual que nosotros, se equivoca.

Su principal aplicación se ha dado en las ciencias médicas; una de sus funciones más prometedoras es poder estudiar diverso fármacos e intuir los posibles efectos que tendrán, antes de probarlos con seres humanos. Por el momento, ha conseguidos hitos menores, pero no por ello sin importancia pues ha servido para el estudio de diversas enfermedades, entre ellas, la enfermedad de Huntington y de Parkinson.

Para tratar de simular estas enfermedades, los investigadores se encargan de dañar ciertas partes del cerebro para así  comprobar los resultados que se derivan. Pero también, como decíamos anteriormente, la destrucción neuronal que puede provocarse artificialmente, en la región que se desee, hace que se parezca aún más a nosotros. Se ha comprobado como Spaun, va cometiendo errores, olvidando números en un test de memoria, cuando se van eliminando poco a poco dichas neuronas, lo que simularía el deterioramiento mental que va apareciendo con la edad.

Parece que los científicos estarían interesados en poder aplicarlo en el estudio de otras enfermedades, como la enfermedad de Alzheimer, pero aún necesita un mayor desarrollo, ya que no todo el cerebro está representado, sino que se ha comenzado con una pequeña parte que permite un desarrollo de la experiencia mental.

Pese a lo desarrollado que está este proyecto, aún no tenemos que preocuparnos por una rebelión cual historia de Assimov, sus creadores indican que aún está muy lejos de tener la complejidad de la que gozan nuestros cerebros, y falta mucho camino por recorrer.

Fuente: University of Waterloo